Despedida 2º Bachillerato 13/14

‘’Soy Ana Jiménez. Muchos  ya me conocéis y habéis escuchado hablar de mí Todo lo que habéis oído sobre mí es cierto o incluso puede ser peor’’.

Éramos unos enanos cuando escuchamos esto y todos pensamos ‘’Ofú la que nos ha tocado’’. Pero ahora cuando miramos atrás no nos pesa todo lo que nos ha costado llegar aquí sino que, al contrario, tenemos buenos recuerdos.  Desde aquella primera clase de Sociales hasta la cena que compartimos al finalizar este curso podemos contar muchos momentos que siempre estarán en nuestra memoria.

El camino comenzó haciendo Educación Física peor que la abuela de Carrero que más tarde llevaría a Rafael Lara a darnos carne con papas. Y, además, con las broncas de Rosa por no poner la fecha en el cuaderno y más de un recreo que nos hemos quedado castigados por eso o por no saber continuar Portugal – Lisboa, España – Madrid, Andorra – Andorra La Vella, Francia – París… Vamos que esto se solucionó y no hubo nadie que se resistiera al empeño de Ana Jiménez  que siguió siendo la misma en 3º y que, siempre, seguirá siendo la misma mujer capaz de, siendo solo una profesora más, ser  mucho más que eso, ya que ella nos enseñó grandes lecciones de vida.

Siguió siendo la misma también Rosa con sus despistes, solo a ella se le puede olvidar que tiene clase con 2º de Bachillerato o puede irse a su casa dejándose las llaves en el instituto o buscar su abrigo durante toda la mañana. ¿Qué más podemos decir de Rosa? Erase una vez un teléfono a una mujer pegado. El Inglés de Rosa nos ha servido para mucho más que aprobar, al igual que las mijitas de nuestro tutor, ya que pudimos llevarlo sobre las tablas de un teatro con la ayuda de Agustín.

Aunque no ha sido la única vez que hemos pisado  un escenario, pues ya lo hicimos recitando poesía gracias a la pasión de Virtudes. Poesía que aprendimos a comentar con María Ángeles Cantisan y Mercedes Tirado que nos dieron bastante caña, la precisión al escribir, la ortografía 1, 2, 3 tilde 0,25 menos, el vocabulario… La verdad es que tuvieron que tener paciencia para conseguirlo.

Pero ¿y si hiciéramos un ranking de los más pacientes?, ¿quién creéis que ganaría?

Top five de la paciencia. En el número 5 tenemos al siempre despeinado Juan Ramón con sus clases de Literatura y sus discusiones con nosotros. En el puesto cuarto, Pablo Plasencia que nos ha soportado año tras año en las clases de Religión y que ni si quiera se ha rendido este curso tan complicado para nosotros. En el tercer puesto Tete, que se adaptó a todos los niveles de Inglés, ofreciendo a cada uno la atención y el cariño que requería. En segundo lugar Consuelo, tus consejos y tu fuerza nos han llevado a conseguir nuestras metas porque supiste dar a cada uno las palabras que necesitaba. Y finalmente, en el número uno, Rosa Álvarez por ser la primera que tuvo el valor de meternos en el laboratorio en aquel primer curso ya lejano en el tiempo. Ese amor por la bilogía que nos inculcaste, y que demostramos algunos en el estudio de nuestro río, ha calado en nosotros. Pero, sin duda, una mención especial a la paciencia se merecen nuestras queridas conserjes que la han tenido con los olvidos de los carnets.

Aunque también nosotros hemos tenido que ser pacientes con ese primer examen de Historia de Francisco en el que aprendimos lo molestos que pueden llegar a ser nuestros cuchicheos en clase. Con él todo era un buen espectáculo en el mejor sentido de la palabra y nos dimos cuenta de que en la vida no todo es como nos lo esperamos, al igual que en un examen de verdadero o falso todo puede ser verdadero o falso.
Cada vez los recuerdos son más recientes y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos en bachillerato y nos encontramos de nuevo con profesores de cursos anteriores. La elegancia en persona tiene nombre y se llama Manuel Díaz. Tampoco podemos olvidar el reencuentro con el profesor en cuyas clases siempre quedaban media hora, José Luis nos divirtió con sus trucos de magia y su música. ‘’Le Français c’est genial’’, ‘’La port est ouvert’’, ‘’Á la rue’’, ‘’Liberté, liberté’’, ‘’Very strong, very strong’’, ‘’Oh, lá lá’’, sus gatitos, ‘’Ça depende’’ y su característico ‘’tan, tan’’. El coraje de plomo que nos dejó helados en ese aeropuerto de Madrid en el que después de una gran semana sin contratiempos Víctor y Carlos Sánchez se perdieron. Palmira gracias por todas esas cosas de la vida que nos has enseñado.

Hay que decir que al principio pensábamos que estaba loca sobre todo cuando nos dijo en aquella primera clase que teníamos que desaprender todo lo que aprendiéramos con ella. Lo sentimos Teresa nos negamos a hacer eso. Contigo aprendimos a expresar nuestra opinión sin perder los estribos y sin intentar imponerla y que también las apariencias engañan, ya que tu primera impresión fue dura hasta el punto de hacer llorar a Katy en su primer día de instituto. Aunque también aprendimos Filosofía con Ignacio Mena, ¿cómo olvidar su obsesión con los cuervos o sus consejos indescifrables, ‘’subraya patata”? Hay que reconocer  que fue el que más ánimo nos dio durante, el que se puede decir, nuestro primer año duro, con sus ‘’sí se puede’’.

También tenemos un médico entre nuestros profesores. Pepe fue el primero en diagnosticarnos una deformación mental aguda al confundir una matriz con un sistema de ecuaciones. Nada de profesor o Don José Antonio, hoy eres Parrila y te podemos decir que siempre lo has sido y siempre lo serás. Nos has hecho olímpicos y siempre recordaremos el chiste del basalto, los videos del origen de la Tierra y tus diapositivas interminables. Ahora el profesor más romántico, que hasta nos llevó a ver las estrellas en el cielo de Sevilla. ¿Ton, Ton, Ton?, todos nos hemos preguntado de dónde viene ese nombre, ese hombre que nunca deja de comer y con esa mente prodigiosa capaz de resolver cuentas imposibles.  Tampoco podemos olvidarnos de Blanca que estuvo hasta el final con nosotros apoyándonos en Selectividad. Al fin se acerca nuestro futuro y parece que contra todo pronóstico no habrá ningún secretario o reponedor del Mercadona, ¿verdad Paula? Que no es que tenga nada malo, son trabajos muy dignos pero tú prefieres científicos así que no nos vas a tener que dar “tras tras culete”. Nos has inculcado lo que es llevar las cosas día a día, contigo hemos visto la naturaleza con los ojos de las matemáticas a lo que nos ha ayudado también todas las horas en el laboratorio.

            Aunque es el primer año que nos das clase siempre has estado ahí, todo el mundo se ponía y se pone recto al escuchar  tu nombre o verte. Pilar nos has contado Historia como un cuento y hasta los cotilleos de los reyes y reinas de España. ‘’Ay que ver lo mona que va esta chica siempre’’. Y como olvidar esas clases de Arte y tus teorías sobre palomas y viejos cuando aparecían en las diapositivas, además de tus abrazos cuando los necesitábamos y nos veíamos ahogados en la presión de este curso. Soleil o Sol en tampoco tiempo nos has conocido profundamente y tal como somos. Siempre recordaremos tus anécdotas sobre el francés y las expresiones cotidianas así como nos cuidabas y nos dabas tus consejos y tu apoyo incondicional. Ese  ‘’Infandum regina iubes renovare dolorem’’ que aprendimos contigo cuando estábamos dando nuestros primeros pasos en este largo viaje de la literatura romana. Tu enorme cultura impresiona porque contigo podemos tener una conversación sobre cualquier tema. Además, sabes cómo somos y contigo las clases se hacen más amenas con la ayuda de tu tablet y la música. Miss Simpatía sería nuestra querida María Marchena por aguantar nuestros cambios de humor en clase, nuestras pocas ganas de hacer griego a veces y por tu comprensión y tranquilidad hacia nosotros. Concha, aunque seas la última, lo último no es siempre lo menos importante, tú has sido la que ha estado ahí durante estos últimos años como nuestra profesora de Historia y luego como nuestra tutora. Siempre te has tomado con calma nuestras discusiones, aconsejándonos que pensáramos las cosas antes de hablar. Tu estilo retro todavía se lleva y pocas saben llevarlo también como tú. Aunque tus clases de Historia hayan sido caóticas y hayas tenido que gritarnos alguna vez que otra, han servido para mucho.

Aunque no nos guste decirlo esto se ha acabado, es el fin de una etapa, una despedida. Pero los finales no tienen porqué ser tristes. Hoy empieza una nueva etapa de nuestra vida. Sin embargo, hay una verdad universal que todos debemos afrontar, queramos o no, más tarde o más temprano, al final todo se acaba. Por mucho que deseáramos que llegase este día a nadie le gustan los finales: como el último día de verano, el último capítulo de un buen libro, separarse de un buen amigo… Pero los finales son inevitables, llega el verano, cierras los libros, guardas los apuntes, dejas tu mochila olvidada en la esquina de tu habitación, dices adiós. Hoy es uno de esos días para nosotros, hoy decimos adiós a todo lo que nos es familiar, a todo lo que nos resulta cómodo, pasamos página pero solo porque nosotros nos vamos y eso duele. Pero sin duda, hay personas que son una parte tan importante de nosotros que estarán ahí pase lo que pase, que son nuestra tierra firme, nuestra estrella polar y esa voz de nuestro corazón que siempre nos acompaña. Gracias por todo.  

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