‘’Soy Ana Jiménez. Muchos ya me conocéis y habéis
escuchado hablar de mí Todo lo que habéis oído sobre mí es cierto o incluso
puede ser peor’’.
Éramos unos enanos cuando escuchamos esto y todos
pensamos ‘’Ofú la que nos ha tocado’’. Pero ahora cuando miramos atrás no nos
pesa todo lo que nos ha costado llegar aquí sino que, al contrario, tenemos
buenos recuerdos. Desde aquella primera
clase de Sociales hasta la cena que compartimos al finalizar este curso podemos
contar muchos momentos que siempre estarán en nuestra memoria.
El camino comenzó haciendo Educación Física peor
que la abuela de Carrero que más tarde llevaría a Rafael Lara a darnos carne
con papas. Y, además, con las broncas de Rosa por no poner la fecha en el
cuaderno y más de un recreo que nos hemos quedado castigados por eso o por no
saber continuar Portugal – Lisboa, España – Madrid, Andorra – Andorra La Vella,
Francia – París… Vamos que esto se solucionó y no hubo nadie que se
resistiera al empeño de Ana Jiménez que
siguió siendo la misma en 3º y que, siempre, seguirá siendo la misma mujer
capaz de, siendo solo una profesora más, ser
mucho más que eso, ya que ella nos enseñó grandes lecciones de vida.
Siguió siendo la misma también Rosa con sus
despistes, solo a ella se le puede olvidar que tiene clase con 2º de
Bachillerato o puede irse a su casa dejándose las llaves en el instituto o
buscar su abrigo durante toda la mañana. ¿Qué más podemos decir de Rosa? Erase
una vez un teléfono a una mujer pegado. El Inglés de Rosa nos ha servido para
mucho más que aprobar, al igual que las mijitas de nuestro tutor, ya que
pudimos llevarlo sobre las tablas de un teatro con la ayuda de Agustín.
Aunque no ha sido la única vez que hemos
pisado un escenario, pues ya lo hicimos
recitando poesía gracias a la pasión de Virtudes. Poesía que aprendimos a
comentar con María Ángeles Cantisan y Mercedes Tirado que nos dieron bastante
caña, la precisión al escribir, la ortografía 1, 2, 3 tilde 0,25 menos, el
vocabulario… La verdad es que tuvieron que tener paciencia para conseguirlo.
Pero ¿y si hiciéramos un ranking de los más
pacientes?, ¿quién creéis que ganaría?
Top five de la paciencia. En el número 5 tenemos
al siempre despeinado Juan Ramón con sus clases de Literatura y sus discusiones
con nosotros. En el puesto cuarto, Pablo Plasencia que nos ha soportado año
tras año en las clases de Religión y que ni si quiera se ha rendido este curso
tan complicado para nosotros. En el tercer puesto Tete, que se adaptó a todos
los niveles de Inglés, ofreciendo a cada uno la atención y el cariño que
requería. En segundo lugar Consuelo, tus consejos y tu fuerza nos han llevado a
conseguir nuestras metas porque supiste dar a cada uno las palabras que
necesitaba. Y finalmente, en el número uno, Rosa Álvarez por ser la primera que
tuvo el valor de meternos en el laboratorio en aquel primer curso ya lejano en
el tiempo. Ese amor por la bilogía que nos inculcaste, y que demostramos
algunos en el estudio de nuestro río, ha calado en nosotros. Pero, sin duda,
una mención especial a la paciencia se merecen nuestras queridas conserjes que
la han tenido con los olvidos de los carnets.
Aunque también nosotros hemos tenido que ser
pacientes con ese primer examen de Historia de Francisco en el que aprendimos
lo molestos que pueden llegar a ser nuestros cuchicheos en clase. Con él todo
era un buen espectáculo en el mejor sentido de la palabra y nos dimos cuenta de
que en la vida no todo es como nos lo esperamos, al igual que en un examen de
verdadero o falso todo puede ser verdadero o falso.
Cada vez los recuerdos son más recientes y cuando
nos queremos dar cuenta ya estamos en bachillerato y nos encontramos de nuevo
con profesores de cursos anteriores. La elegancia en persona tiene nombre y se
llama Manuel Díaz. Tampoco podemos olvidar el reencuentro con el profesor en
cuyas clases siempre quedaban media hora, José Luis nos divirtió con sus trucos
de magia y su música. ‘’Le Français c’est genial’’, ‘’La port est ouvert’’, ‘’Á
la rue’’, ‘’Liberté, liberté’’, ‘’Very strong, very strong’’, ‘’Oh, lá lá’’,
sus gatitos, ‘’Ça depende’’ y su característico ‘’tan, tan’’. El coraje de
plomo que nos dejó helados en ese aeropuerto de Madrid en el que después de una
gran semana sin contratiempos Víctor y Carlos Sánchez se perdieron. Palmira
gracias por todas esas cosas de la vida que nos has enseñado.
Hay que decir que al principio pensábamos que
estaba loca sobre todo cuando nos dijo en aquella primera clase que teníamos
que desaprender todo lo que aprendiéramos con ella. Lo sentimos Teresa nos
negamos a hacer eso. Contigo aprendimos a expresar nuestra opinión sin perder
los estribos y sin intentar imponerla y que también las apariencias engañan, ya
que tu primera impresión fue dura hasta el punto de hacer llorar a Katy en su
primer día de instituto. Aunque también aprendimos Filosofía con Ignacio Mena, ¿cómo
olvidar su obsesión con los cuervos o sus consejos indescifrables, ‘’subraya
patata”? Hay que reconocer que fue el
que más ánimo nos dio durante, el que se puede decir, nuestro primer año duro,
con sus ‘’sí se puede’’.
También tenemos un médico entre nuestros
profesores. Pepe fue el primero en diagnosticarnos una deformación mental aguda
al confundir una matriz con un sistema de ecuaciones. Nada de profesor o Don
José Antonio, hoy eres Parrila y te podemos decir que siempre lo has sido y
siempre lo serás. Nos has hecho olímpicos y siempre recordaremos el chiste del
basalto, los videos del origen de la Tierra y tus diapositivas interminables.
Ahora el profesor más romántico, que hasta nos llevó a ver las estrellas en el
cielo de Sevilla. ¿Ton, Ton, Ton?, todos nos hemos preguntado de dónde viene
ese nombre, ese hombre que nunca deja de comer y con esa mente prodigiosa capaz
de resolver cuentas imposibles. Tampoco
podemos olvidarnos de Blanca que estuvo hasta el final con nosotros apoyándonos
en Selectividad. Al fin se acerca nuestro futuro y parece que contra todo
pronóstico no habrá ningún secretario o reponedor del Mercadona, ¿verdad Paula?
Que no es que tenga nada malo, son trabajos muy dignos pero tú prefieres
científicos así que no nos vas a tener que dar “tras tras culete”. Nos has
inculcado lo que es llevar las cosas día a día, contigo hemos visto la
naturaleza con los ojos de las matemáticas a lo que nos ha ayudado también
todas las horas en el laboratorio.
Aunque es el primer año que nos das
clase siempre has estado ahí, todo el mundo se ponía y se pone recto al
escuchar tu nombre o verte. Pilar nos
has contado Historia como un cuento y hasta los cotilleos de los reyes y reinas
de España. ‘’Ay que ver lo mona que va esta chica siempre’’. Y como olvidar
esas clases de Arte y tus teorías sobre palomas y viejos cuando aparecían en
las diapositivas, además de tus abrazos cuando los necesitábamos y nos veíamos
ahogados en la presión de este curso. Soleil o Sol en tampoco tiempo nos has
conocido profundamente y tal como somos. Siempre recordaremos tus anécdotas
sobre el francés y las expresiones cotidianas así como nos cuidabas y nos dabas
tus consejos y tu apoyo incondicional. Ese
‘’Infandum regina iubes renovare dolorem’’ que aprendimos contigo cuando
estábamos dando nuestros primeros pasos en este largo viaje de la literatura
romana. Tu enorme cultura impresiona porque contigo podemos tener una conversación
sobre cualquier tema. Además, sabes cómo somos y contigo las clases se hacen
más amenas con la ayuda de tu tablet y la música. Miss Simpatía sería nuestra
querida María Marchena por aguantar nuestros cambios de humor en clase,
nuestras pocas ganas de hacer griego a veces y por tu comprensión y
tranquilidad hacia nosotros. Concha, aunque seas la última, lo último no es
siempre lo menos importante, tú has sido la que ha estado ahí durante estos
últimos años como nuestra profesora de Historia y luego como nuestra tutora.
Siempre te has tomado con calma nuestras discusiones, aconsejándonos que
pensáramos las cosas antes de hablar. Tu estilo retro todavía se lleva y pocas
saben llevarlo también como tú. Aunque tus clases de Historia hayan sido
caóticas y hayas tenido que gritarnos alguna vez que otra, han servido para
mucho.
Aunque no nos guste decirlo esto se ha acabado, es
el fin de una etapa, una despedida. Pero los finales no tienen porqué ser
tristes. Hoy empieza una nueva etapa de nuestra vida. Sin embargo, hay una
verdad universal que todos debemos afrontar, queramos o no, más tarde o más
temprano, al final todo se acaba. Por mucho que deseáramos que llegase este día
a nadie le gustan los finales: como el último día de verano, el último capítulo
de un buen libro, separarse de un buen amigo… Pero los finales son inevitables,
llega el verano, cierras los libros, guardas los apuntes, dejas tu mochila
olvidada en la esquina de tu habitación, dices adiós. Hoy es uno de esos días para
nosotros, hoy decimos adiós a todo lo que nos es familiar, a todo lo que nos
resulta cómodo, pasamos página pero solo porque nosotros nos vamos y eso duele.
Pero sin duda, hay personas que son una parte tan importante de nosotros que
estarán ahí pase lo que pase, que son nuestra tierra firme, nuestra estrella
polar y esa voz de nuestro corazón que siempre nos acompaña. Gracias por
todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario